Piel sensible y calor: intensifica los cuidados

Piel sensible y calor: intensifica los cuidados

A lo largo del año, la piel tiene que ir haciendo frente a los cambios estacionales, necesitando unos cuidados especiales y tratamiento estéticos específicos para ellas. En el caso de las pieles sensibles, ya sean sensible y mixta, o sensible y seca, la llegada del calor suele representar la aparición de rojeces o imperfecciones más marcadas, por lo que es bueno conocer algunos cuidados esenciales para la piel sensible durante el verano.

El sol, los cambios bruscos de temperatura, la humedad y el calor no son buena combinación para ningún tipo de piel. Unas tienden a secarse, otras comienzan a presentar brillos y, en el caso de las más sensibles, aparecen síntomas molestos como la irritación, erupciones, sequedad o descamación de forma irregular. Para su cuidado, además de tener claro nuestro tipo de piel y sus necesidades, es importante tener presente el entorno en el que nos encontramos y nuestros hábitos durante este periodo. Por así decirlo, no es lo mismo una piel sensible en la costa, en la que se juntas calor y humedad, que una piel sensible en el interior o en la montaña, con una mayor tendencia a la sequedad.

Cuidar la piel sensible en verano

Como primera recomendación es aconsejable tratar este tipo de piel mediante un tratamiento profesional para prepararla y protegerla ante los diversos factores ambientales. En este caso, podemos destacar dos tratamientos:

  • Jonzac Reactive. Mediante la aplicación de cosmética dermatológica, formulada con ingredientes 100% bio y agua termal, se alivia y calma las diferentes terminaciones nerviosas. Además, se aumenta la tolerancia de la piel ante los diversos agentes externos.
  • Sensiplus. Este tratamiento tiene una triple acción sobre las pieles sensibles: calma la excitabilidad de las terminaciones nerviosas, protege de las agresiones externas y crea un efecto de hidratación completa de forma duradera.

Otras recomendaciones hacen referencia a los hábitos de vida y a la introducción de pequeños cambios en los cuidados diarios de la piel.

  • Evitar jabones con perfumes (mejor unos totalmente neutro) ya que arrastran el manto hidrolipídico de la piel y producen mayor sequedad.
  • Efectuar la limpieza diaria con aguas termales o bien con tónicos sin alcohol para calmar la piel.
  • Escoger cosméticos hipoalergénicos ya que minimizan la posible aparición de irritaciones o rojeces.
  • Utilizar protectores solares para pieles sensibles y repetir la aplicación e producto de forma frecuente.
  • Aplicar una mascarilla calmante o hidratante una vez a la semana.
  • Mantener una buena hidratación, tanto mediante crema, como bebiendo abundante agua durante el día.
  • Aumentar la ingesta diaria de verduras de todo tipo ya que son fuente de antioxidantes que ayudarán a proteger la piel por dentro.
  • Si se va a pasar el verano en la ciudad, los tratamientos con vitamina E tienen acción calmante y protector, al tiempo que es un buen antioxidantes para este tipo de piel.
  • Si la opción es pasar el verano en playa o la montaña, debemos utilizar una crema solar con un filtro de protección más elevado para evitar quemaduras que lleven a una irritación intensa. En cuanto a los cosméticos, la vitamina E también es muy útil en esta situación.
  • Aclarar el rostro con agua dulce al salir del mar o de la piscina para que el salitre o el cloro no estropeen la capa protectora de este tipo de pieles. Tras esto, vuelve a aplicar protector solar.

¿Tienes la piel sensible? ¿Hay algún síntoma que te preocupa o sientes molestias?

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