Bronceado sano, bonito y duradero este verano
Ya sea más, o menos, a todos nos gusta estar bronceados en verano y es que, cuando tenemos buen color, nos vemos más favorecidos, más guapos, las prendas y sus colores nos sientan mejor, incluso tenemos la sensación de que nuestra piel está más firme y lisa. Pero, ante todo, siempre es importante que este bronceado sea sano, respete nuestra piel y sea uniforme. De lo contrario, solo obtendremos una piel roja, agredida y con irregularidad poco favorecidas (por no hablar de las manchas, las arrugas o los poros dilatados símbolo del fotoenvejecimiento). Para evitar esto último, hay ciertos hábitos que no podemos saltarnos.
1. Preparar la piel
Una semana antes, exfolia cuerpo y rostro con un producto específico y suave, que no dañe ni produzca irritaciones en la piel. Aprovecha también los beneficios de los alimentos, especialmente aquellos ricos en betacarotenos y ácidos grasos puesto que ayudan a activar la melanina y potencia la pigmentación. Entre estos, se encuentran la zanahoria, el mango, la papaya, la calabaza, espinacas, el atún o los tomates.
2. Evitar la mala aplicación
Es obligatorio el uso de protector solar pero, si éste no es bien aplicado, no sirve de nada porque la filtración y protección se pierde. El protector debe extenderse generosamente primero sobre la piel seca, antes de salir de casa, para después volver a repetirlo media hora antes de exponernos al sol. No hay que olvidar aplicarlo por todas partes, para evitar un bronceado irregular, y hacer hincapié en esas zonas más olvidadas como son los labios, los pies y las manos. A partir de ese momento, hay que repetir la aplicación cada hora o dos horas, en función del fototipo de tu piel. Puedes conocer más sobre tu fototipo en este artículo.
3. Precaución los primeros días
Sea cual sea tu tipo de piel y fototipo, durante los primeros días de exposición es aconsejable un SPF de 50. Controla de igual modo el tiempo que permaneces al sol. Más vale un bronceado progresivo, que no daños en la piel desde el primer día.
4. Ojo con excederse
Al igual que un bronceado comedido nos sienta bien, el exceso de sol ocasiona un color excesivo. A parte de esto, piensa en las manchas, la deshidratación o la flacidez que puede provocar. Recuerda, el sol es el primer degradantes de colágeno y éste vamos perdiéndolo ya solo por cumplir años. No aceleremos procesos y llega al color deseado poco a poco, sin ser excesivos.
5. Desterrar falsos mitos
Con fotoprotección el bronceado se producirá más lentamente pero se consigue. A cambio de esta paciencia, lograremos un color bonito y duradero, mejor calidad de piel y mayor prevención ante manchas, arrugas, flacidez, etc.
6. No bajar la guardia
Aunque hayamos conseguido el tono que deseamos, no dejemos el fotoprotector a un lado. Sí podemos disminuir el factor, pero nunca por debajo del FPS 30. Lo mismo en los días nublados o a última hora de la tarde.
7. No saltarse el post-exposición
Tras la exposición solar, es muy importante hidratar la piel. Esto no solo repara los posibles daños ocasionados a nivel superficial o celular, sino que es una ayudita extra para realzar el bronceado. Para ello, existen los conocidos after sun, o productos como las mascarillas frías.
Este verano consigue un bronceado, ante todo, sano. Recuerda que en nuestros centros ponemos a tu disposición diversos tratamientos y productos que ayudarán tanto a preparar tu piel como a protegerla, calmarla y equilibrarla. Consúltanos llamando al 935 190 200 o acercándote a cualquier de nuestros 6 centros en Barcelona.